Tenía ganas de un plato a base de garbanzos pero me apetecía hacer uno nuevo, que no hubiésemos probado todavía, así que me he puesto a buscar inspiración entre mis libros de cocina y me he encontrado con esta idea, que me ha parecido perfecta para la ocasión.
En esta época del año ya no apetecen grandes guisos pero, seamos sinceros, el tiempo por este norte nuestro tampoco es que nos lleve a hacer ascos a platos calientes -en concreto hoy tenemos un día de julio gris, lloviznoso y fresco (entiéndase que lo que por estos lares llamamos fresco muchos lo consideran directamente frío)- así que mis garbanzos guisaditos con picada han resultado ideales.
Es un plato vegetariano pero no por ello sin proteína, y de calidad, aportada por la combinación de la legumbre con las almendras de la picada. Por su parte, el alga kombu le proporciona una interesante variedad de minerales, a la vez que, junto con el comino, hace que resulte más digestivo. Sabroso, sano y nutritivo :)
INGREDIENTES: (Para 4 personas)
- 600 gr de garbanzos
- 1/2 cebolleta o cebolla
- 1 hoja de laurel
- un poco de comino en polvo
- una tira de alga kombu
- sal
Para la salsa de tomate casera:
- 1 cebolla, picada
- 3 tomates, pelados y cortados en dados
- 1 diente de ajo picado
- un chorro de vino blanco
- sal
- pimienta
- una pizca de azúcar (para corregir la acidez natural del tomate)
- perejil, picado
Para la picada de almendras:
- 2 dientes de ajo
- 25 gr de almendras enteras, peladas
- un sobre de azafrán en polvo
- perejil
- sal
- pimienta
- 2 huevos cocidos (opcionales)
ELABORACIÓN:
Cocer los garbanzos en agua caliente que los cubra (lo cual hará que no suelten la piel), junto con la cebolla, el laurel, el comino, el alga kombu y la sal. El tiempo de cocción depende muchísimo de la calidad de los garbanzos y el tipo de agua que se utilice. Yo he utilizado garbanzos ecológicos de Castilla y León en agua más bien blanda, filtrada y los he cocido en olla rápida durante 20 minutos.
Mientras tanto, vamos preparando la picada y la salsa de tomate. Para ello, lo primero es tostar las almendras en el horno hasta que doren un poco.
En una sartén con un poco de aceite, rehogamos la cebolla. Cuando esté transparente agregamos el tomate, salpimentamos, añadimos el azúcar y dejamos que se haga. Cuando está a medio hacer, incorporamos el ajo y perejil, que habremos machacado en el mortero y desleído con el vino blanco y terminamos de cocer. Una vez lista, podemos pasarla por la batidora o dejarla tal cual.
Por otro lado, cuando las almendras ya se hayan tostado, las machacamos en el mortero hasta reducirlas a un polvo grueso. Entonces añadimos el ajo, el perejil, la sal, la pimienta y el azafrán y mezclamos bien.
Cuando los garbanzos estén cocidos, se escurren (reservando el líquido de cocción, que estará cargadito de nutrientes). Se pasan a una cazuela de barro, se añade la salsa de tomate al gusto y un cacillo del caldo de cocción (a nosotros nos gustan poco caldosos, si a vosotros os pasa lo contrario, es cuestión de añadir más caldo y salsa) y se deja cocer todo, despacio, unos minutos. Se agrega la picada, se continúa cociendo un poco más para que se integren bien todos los sabores y se sirve caliente y, si se quiere, decorado con cuartos de huevo cocido.
Receta adaptada de "La Gran Cocina Paso a Paso" de Ed. Rueda.